En Seru, la tradición establece que todas las mujeres deben someterse a la ablación antes del matrimonio
justificando que es una medida para controlar su libido y prevenir la
infidelidad a su marido. La ablación tiene lugar un mes antes de que la
chica se vaya a casar y, según la costumbre, el matrimonio es celebrado
con la bendición de los líderes religiosos de la zona, los cuales no
están dispuestos a oficiar matrimonios si la chica no está mutilada. Los
hombres también esperan que sus esposas hayan sido sometidas a la
ablación y no están dispuestos a casarse con quienes no la han sufrido.
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